Sorprende, pero realmente no hay nada de nuestra vida que no puede ubicarse en una de las tres categorías. No basta
con ordenar las cosas, claro, la vida no es un archivo (aunque a veces pueda parecerse) pero una vez que tengamos las cosas
en su sito podemos trabajar con ellas.
Es de cajón que interesa ver qué se puede hacer para mover partes de nuestra vida del montón que lo que va mal, por lo
menos al de lo que va sin más, cada cosa que logremos mover nos quita sufrimiento. Ahora bien, a la vez se trata de aprender
a cuidar el montón de lo que va bien, no queremos perder parte de su contenido, incluso suele ser posible alimentarlo con
las cosas que sin más van.
¿Y cómo se hace eso? Pues hablando y escuchando, aprendiendo como nos manejamos con nuestra vida y descubriendo
que hay cosas que se pueden hacer de otra manera.
Lo he simplificado mucho, pero en esencia es esto lo que para mí es la terapia.